La necesidad de masticar

Masticar es un comportamiento muy normal en los cachorros y los perros. Utilizan sus bocas para coger la comida, obtener información sobre el entorno, aliviarse del aburrimiento y reducir la tensión.

Parece que masticar les divierte mucho. No obstante, puede convertirse en un gran problema cuando dañan objetos que apreciamos.


¿Por qué mastican los perros?

Cuando aunamos unas mandíbulas fuertes con una curiosidad insaciable y mucha energía para explorar el mundo, ¡el resultado es una verdadera máquina de masticar! La velocidad con que un cachorro puede "destruir" una vivienda y el alcance de los daños que provoca puede dejarnos boquiabiertos.

Un cachorro mastica por diferentes razones:

  • el silbido de una caldera tras una pared o los pasos apresurados de un ratón pueden desencadenar un deseo irrefrenable de masticar.
  • Hacer esperar a un cachorro hambriento puede llevarle a mordisquear los cajones en su búsqueda de comida.
  • Si deja comida olvidada sobre un sofá por ejemplo, el cachorro intentará abrir el envase a mordiscos para descubrir su contenido.

Los perros son magníficos compañeros por su carácter sociable y por la energía que derrochan para participar en todas nuestras actividades. Como contrapartida, debemos garantizarles suficiente ejercicio físico, estimulación mental e interacción social para evitar comportamientos destructivos.

Comprender el universo del cachorro

Los cachorros mordisquean y mastican a menudo por pasar el tiempo o para aliviar el aburrimiento. Es cierto que pueden causar un verdadero caos en la casa, pero lo hacen simplemente para entretenerse.

A veces agravamos sin querer las cosas cometiendo ciertos errores. Los cachorros no conocen la diferencia entre el calzado nuevo y viejo, ni entre sus juguetes de peluche y la esquina de nuestro mejor sofá.

Del mismo modo, nuestros juegos de forcejeo pueden provocarle bastante confusión. Si está habituado a tirar de un paño con los dientes, atacará sin pensarlo dos veces una cortina mecida por el viento.

¿Adquirir un segundo perro?

Traer un nuevo compañero para corregir malos hábitos en su perro no es la mejor idea. En algunos casos, la llegada de otro perro le distraerá de sus ocupaciones destructivas durante un tiempo, pero también puede ser que el problema se duplique, sobre todo si el recién llegado es otro cachorro.

Algunos consejos

El primer paso para corregir un problema de masticación es animar al perro a utilizar sus propios juguetes.

  • Seleccione una combinación de productos seguros y de buena calidad. Cuando demuestre cuál es su preferido, compre varios más del mismo tipo.
  • Los juguetes de goma huecos funcionan muy bien porque se pueden introducir galletas en su interior. Esto le mantiene ocupado y distrae su atención de los objetos que usted quiere preservar.
  • Otra manera de mantener a su cachorro centrado en los juguetes es enseñarle a recogerlos después de lanzarlos.
  • Con todo, no crea que está a salvo de sorpresas desagradables; puede que su conducta persista. Anímelo con recompensas cuando distinga bien qué objetos puede masticar y cuáles no.

Felicítelo efusivamente cada vez que mastique sus juguetes.

Proteja sus objetos personales

Hasta que pueda confiar en su cachorro, deberá estar bajo supervisión constante y confinado en una zona segura. Incluso en su presencia es posible que se escape para dedicarse a sus malos hábitos. En tal caso, utilice una correa para no perderlo de vista. Si no puede vigilarle todo el tiempo, métale en una jaula o una estancia segura.

A medida que su cachorro vaya teniendo más libertad, puede enseñarle a evitar objetos prohibidos si consigue que tengan un mal sabor. Algunos pulverizadores disuasorios a la venta en establecimientos especializados son muy eficaces puesto que su gusto amargo o picante resulta muy desagradable a los perros. Si su perro tiene costumbre de masticar prendas de ropa, no deje ninguna al alcance salvo un par, que habrá rociado previamente con el pulverizador disuasorio.

Cambie las prendas de ubicación cada día. Al cabo de cuatro o cinco días, pulverice otras prendas. El perro asociará su ropa a un gusto muy desagradable y no la tocará más.

La colocación de trampas también puede ser una solución eficaz porque castigan al animal y no requieren que usted esté presente. Una pila de latas de bebida vacías que caigan al más mínimo movimiento puede tener un fuerte efecto disuasorio. Para terminar, los detectores de movimiento son métodos eficaces para enseñar a un cachorro a mantenerse lejos de los muebles o las plantas..

Qué no se debe hacer

  • Las correcciones y las reprimendas rara vez surten efecto.
  • Bajo ningún concepto su cachorro debe recibir bofetadas, golpes, patadas o castigos físicos. Existe el riesgo de que muerda por miedo o se muestre temeroso ante cualquier caricia. Es mejor darle una reprimenda verbal y animarle enseguida a masticar un juguete propio.
  • Las reprimendas más eficaces son las que se dan el mismo momento en que el cachorro hace una trastada.
  • Sin embargo, las reprimendas pueden tener el efecto contrario y empujar al perro a masticar de manera furtiva o a no masticar nada, ni siquiera su propio juguete.

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